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miércoles, 16 de mayo de 2012

Homenaje al Pálido

Junto a las bestias, vestidos de pobreza, los niños de Motril trabajaban la caña de azúcar sin conocer el significado de la palabra infancia. Se llevaban, para almorzar, un pan con más días que una vida que ablandaban y endulzaban con el jugo que suelta este cultivo.





La Caña no haya desaparecido de la Vega Motrileña. Se la dio por muerta. Se lloró su defunción. Pero la mayoría de los Cañeros, en silencio, la volvieron a plantar por el férreo vínculo que tienen con ella.

Si en el pasado la caña se usaba para cebar animales y en el futuro quieren emplearla para fabricar biodiésel, el presente pasa por utilizarla para hacer una bebida única, motrileña cien por cien, que está presente en los restaurantes de la zona, en las despensas de los cortijos y en toda reunión de amigos que se precie... 

Desde 1963 el Ron Pálido hace las delicias en el paladar de la Costa Tropical y con suerte, de algunas  zonas del mundo en las que algún motrileño, entre los que me incluyo ha hecho de Embajador (al menos por un ratito) . Y es que he sido motrileño hace algunos años ya, y con orgullo me aficiono a las cosas buenas. Este es un gran ejemplo.







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