hungaritopum

martes, 13 de noviembre de 2012

El mejor año de la Historia del Granada C.F por un húngaro: Eugenio Calamar.


Allá por los años 50 cuando el fútbol húngaro era uno de los mejores de todo el mundo, gloriosa época de magiares mágicos, había un Coronel del Ejército Húngaro y a la vez entrenador del por entonces famoso Honved F.C., que se vió obligado a dejar su empleo (la de coronel y entrenador se entiende) ante la contrarrevolución Estalinista del 56. Su nombre húngaro era Janos Kalmar (Mocsolád 1908 - Málaga 1990) aquí lo españolizamos como Eugenio Calamar (por eso quizás sus restos reposen en Málaga), que se convirtió en el entrenador de más prestigio que ha ocupado el banquillo del Granada en sus casi ochenta años de historia.
Se dice que un día que hacía turismo en Granada, le ofrecieron sustituir al argentino Scopelli, encantado con la ciudad, aceptó de inmediato. Corría el año 1959 y Janos Kalamar no sabía ni dos palabras en español (las que sé yo de húngaro) pero el lenguaje del balompié es universal y en sólo dos meses convirtió al Granada de equipo llamado a perder la máxima categoría en todo un Subcampeón de Copa. El equipo, liderado por los goles de Carranza llegaba a la final tras eliminar por el camino a Elche C.F., Cádiz C.F., Plus Ultra; y Valencia C.F, de esa manera el club se presentó en el Santiago Bernabéu a jugar la ante el actual campeón de Liga, el Barcelona en el que había otro par de húngaros con mucha clase, Kubala y Kocsis, contra los que nada se pudo hacer (4 a 1 fue el resultado final). Y tras la gloria, la debacle, descenso del Granada al año siguiente, y Janos hubo de buscarse las habichuelas (me confirman que esta expresión si la conocía) y continuó su prolífica carrera en otros equipos como el Zaragoza, Español y Malaga, con al parecer pocas ganas de cambiar de un país tan encantador como España.


Que pesadito con el fútbol. Esta me ponía el aitona cuando jugaba en salón:
"Niño deja ya de joder con la pelota"

 

lunes, 12 de noviembre de 2012

La Bien Querida: Praga

Praga es la ciudad de las 1.000 torres, la primera capital del Sacro Imperio Romano, de la región de Bohemia y de la República Checa, el centro geográfico de Europa,  alardea con mucha razón de la mejor cerveza del mundo, fue hogar de Carlos IV y de Franz Kafka, y  objeto de visita de turistas, sobretodo turistas, masificada hasta el límite.
Si fuese una agencia de viajes con algo sentido de la decencia haría la siguiente recomendación para visitarla: "Vaya en las peores fechas posibles, visitela a horas intempestivas, cuando truene o diluvie, y si puede ser que coincida con huelga de controladores en China e impidan el desembarco amarillo"

Reloj Astronómico, Krisztina y la Iglesia de Týn

En 1970 eramos 3.5 mil millones de habitantes, hoy ya 7 mil millones, a finales de esta centuria seremos entre 10 y 15 mil millones y, sinceramente, no me gustaría estar en una ciudad atractiva para el turista. No poder cruzar el puente de mi ciudad o comerme un Goulasch decente a buen precio. Me suben los precios y la ciudad se llena de Mcdonalds y Zaras,  ¡¡ invasión!!


Que iba a escribir Kafka con el puente de Carlos IV infestado de turistas:
Puente de Carlos IV

Y tras ser parte de esa masa pegajosa, glotona y despreocupada, comprobé con sorpresa que pocas veces me había llevado tanto de una ciudad. Me explico: Antes de venir a Praga los personajes famosos que me vinieron a la cabeza fueron los siguientes: Pavel Kuka, Karel Poborsky, Pavel Nedved, Jiri Novak y Tomas Rosiky. Todos  jugadores de futbol y uno de tenis, que hicieron (los del futbol) de la Republica Checa finalista de la Eurocopa de 1996, lo cual recuerdo perfectamente. Triste pero cierto, todo fútbol. De vuelta en el tren (por cierto de pié en el pasillo porque no tenemos sitio) me doy cuenta de que vengo escuchando a Bedric Smetana (lo podeis escuchar abajo) y Antonin Dvorak (La Sinfonía del Nuevo Mundo - todos le hemos oído antes pero no sabíamos que era él) , leyendo a Hrabal (recomendable Trenes rigurosamente vigilados)  algun poemilla de Jan Neruda (por quién Pablo Neruda tomo el nombre), un par de postales de Alfons Mucha y habiendo conocido en su propio museo a Jan Svenkmajer, cineasta de animación. Freud y Rilke también nacieron en Chequia pero por lo que sea no se nota tanto su legado en la ciudad. Milan Kundera sí lo conocía, pero me jodia el rollo del robo cultural, asi que lo dejo fuera con Kafka (que yo pensaba que era aleman),suplentes, por pesaos.


¿Acaso me he vuelto loco?


Da igual si el reloj lleva dos días de retraso.


Solo espero que pueda resistir el paso del tiempo...


..y el Este siga estando al Este, y el Oeste al Oeste.


¿Sí o no?